jueves, 7 de diciembre de 2006

Los libros de Lalo VII


¿Y por qué aleteas?. – preguntó Lalo. A lo que el ave contestó:- porque quiero romper el silencio que se expande como una burbuja a nuestro alrededor, que nos está rompiendo el silencio de calma que empapa nuestro pecho. Entonces Lalo volvió a preguntar: ¿Qué buscas al aletear? No comprendo como puedes ser tan irreverente y querer romper el silencio. El ave continuaba aleteando, batiendo sus alas, energéticamente. Se detuvo el tiempo. Lalo observaba, y dijo:- Te imagino rojo, pero veo que tus alas son blancas y no puedo observarlas realmente. El ave lo ignoró. Lalo estaba sentado contra un rincón de la habitación a la hora de la siesta que baila con el sol de las 3. Ella estaba sentada dándole la espalda, con su vestido color salmón, mirando la ranura del piso. El ave aleteaba con todas sus fuerzas pero el silencio permanecía tan intacto como las cicatrices. Ella miraba la ranura, el sol iluminaba la habitación, colándose por el ventanal por el cual a veces la niñita miraba a su astro favorito y le preguntaba: Lunita, lunita, ¿viniste a visitarme?; la saludaba sobre todo cuando tenía fiebre, y la luna le correspondía el gesto. Lalo se preguntaba si se podría romper el silencio algún día, ellos entendían el lenguaje del absurdo.

4 comentarios:

Augusto Belmonte dijo...

Que bueno, es casi una fabula, me gusto!

Ale dijo...

Ey! Tenías un blog y yo ni enterado!!

Bueno... tendrás mis visitas por aquí también. Espero que, al ser este lugar menos público que el otro, te animes a escribir cosas tuyas eh! ¬¬

Me gustó la historia, deberíamos intentar romper el silencio más seguido. Aunque muchas veces es nuestro mejor compañero.

En fin... besos

Anónimo dijo...

Hola!!!!
Que quede constancia que aquí ha estado esthercherry y se ha deleitado con tus textos maravillosos!!!

Un beso bonita =)

Anónimo dijo...

Me gustó =) Hace tiempo que quiero hacer un blog...
Seguì escribiendo cosas tan lindas (y tristes tmb, porq no?)
Besos..